Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2010

APARIENCIAS

Cuentan los trovadores que en una vieja aldea, más allá de la historia, en el principio del tiempo, hubo un humilde e inteligente rey cuya ciudad era la mejor entre las pocas que había y cuyos ciudadanos le tenían un grato respeto. Tenía por esposa –aunque no era la reina, porque todavía no se había inventado esa palabra, mucho menos ese cargo- una mujer que de belleza estaba lleno su interior porque o han de mentir los narradores o los dioses crearon a esta mujer con tanta inspiración que se les agotó en el momento de hacer su cuerpo. Esta pareja, unida por votos matrimoniales creados en un extraño género divino ¿o diabólico?, vivía tan cómoda y feliz: él dando paz y prosperidad a su pueblo, enamorado de lo que no se veía en ella; ella, admirando en su esposo una hermosura como nunca se ha visto en algún hombre en la historia de ese pueblo incluso hasta nuestros días. Parecería una pareja inseparable, aún por el tiempo. Un día, mientras el rey recorría las calles solo como tenía de c

¿Dónde...?

Me he preguntado dónde va el pasado, dónde van las palabras aventureras el fuego de tu lengua al hablar, las frases que vibraban en tu cuerpo; dónde va mi voz en tus pensamientos. ¿Dónde están los besos que nos han marcado? ¿Dónde va tu boca cuando la alejas de mí, tu mirada viajera si me tienes al frente? ¿Dónde llevas mis manos cuando quieren, tu cuerpo, encender suavemente? Dime dónde escondes las caricias que trato de reinventar en cada toque, dónde tienes mis abrazos que buscan sin cesar bañarte de amor, de pasión; dónde escondes los deseos de estallar, entre mis pulsos, tu sensualidad. Quiero saber dónde van mis señales, dónde van mis mensajes, si los ves, si aterrizarán en tu ser o flotarán entre nosotros. Me pregunto dónde has ido, si tendré que seducir tus escapes o volverás y gozaremos los dos.

A tus besos

Yo escucho tus labios. Suaves los imagino diciendo "bésame" derretidos al mencionarlo, pidiendo por mí. Una puerta es tu boca hacía otro mundo; por tus labios vuelo sobre tí. Como la luna llena, tus besos iluminan mi rostro, y nunca quiero que se marchen. Como el mar, quiserra recorrer y hundirme en cada ola de tus labios, con la infinitud de tal placer. Por un beso tuyo podría perder el sentido; y por no tenerlo, podría la vida dejar. Como el viento, tengo tus labios, frescura bendita, llevando mi mente al aire. Por besarte puedo darte todas las flores y hacerte sonreír todas las noches. Por disfrutar de tus labios quiero hacerte feliz eternamente... Bésame

IMAGINA

Imagina que siempre estoy a tu lado que levito alrededor tuyo en las noches, que tomo tus manos cuando despiertas, que caliento tu rostró con mi cabello, que ruedan mis ojos por tu silueta, que es fácil sentirte aún lejos. Imagina que eres lo único en mi vida, lo único que veo al abrir mis días, lo único que veo en mis sueños, lo único en qué pienso cuando hay retos, lo único que quiero llevar en mis viajes, la única con quien quiero compartir todo. Imagina que eres perfecta, imagina que puedes salvarme, que puedo salvarte y ser tu héroe. Imagina que nos bañamos en los ríos, que dormimos en las hojas de las palmeras que caminamos en la nieve y nos acostamos en el desierto. Imagina que damos vueltas por el mundo y sigues enamorada de mí más que de cualquier otra cosa. Imagina que no caminas sola, imagina que estás en paz, que eres feliz que no necesitas nada, que no falta nada, sólo yo. Imagina que estamos juntos toda la vida... Ahora estás imaginando mis sueños contigo: pura felicidad,

TE AMO

Si escucharas lo que escucho a solas, cuando sólo mi corazón suena, cuando el silencio trae tu voz en una flor y tú vienes en la música a mis sueños; cuando imagino la melodía de tu compañía sonando a mi alrededor el resto de nuestros días, cuando baila, en el aire, mi alma pensando en todo lo que haremos; cuando, sólo al recordar, todo el ruido se convierte en ritmo y alegría. Si pudieras ver mi corazón cuando prepara un abrazo esperando a que vuelvas, cuando sale de mí y te ve sonreír y regresa enamorado, cuando siento que no estoy en este mundo, cuando te veo como una princesa o como un ángel, sálvandome, cuando hasta la ciudad parece pequeña para sacar mi felicidad. Si pudieras ver mi alma, si pudieras saber qué siento, no podría contarte nada de esto; pero si pudieras ver mi alma y saber qué siento, sabrías cuánto te amo

No hay nada más maravilloso que tú

La luna me nombraste, pero sí es ella tu sonrisa besándome en las noches. El campo quieres visitar, pero sí son las flores tus pasos al marcharte. El mar quieres ver, pero sí sería como ver tu alma en el espejo. Al cielo me llevarás, pero sí son sus puertas en tus manos abriéndose. Yo todo quiero darte, pero sí tú eres toda, en mi vida, felicidad. Nunca conoceré nada más maravilloso que tú

AL TIEMPO

En un segundo te veo y en otro imagino mil mundos; me pierdo en tus ojos y todo escapa de mi mente. En un minuto te beso y todo mi cuerpo se agita, me siento en las nubes y tú entras en mis labios. En una hora caminamos, nos acostamos, nos abrazamos y siento la libertad de vivir cada segundo y cada minuto. En un día te amo mil veces y el atardecer me cuenta que nos verá juntos mañana. En la noche sueño contigo y pido a las estrellas que al vestir el alba me quieras y pueda verte. En una semana podemos estar felices, triste, soberbios o locos, pero sentimos el amor. En un mes, cuento como el tiempo nos une y parece tu esclavo; tu tiempo me ha conquistado. Y en este tiempo, no he probado más sentimientos con ese dulce sabor de la felicidad que los que me das cada instante. Y tu tiempo: tu cuerpo, tus ojos, tus besos, tu piel, tus manos, tus sueños, tu compañía, tu caminar, tus pensamientos, tu poesía, tus días, tu sabor, tu alma, tus

Sensualidad

Sé que me amas, disfrutas hacerlo. Tus besos me encarcelan entre barrotes de placer, mojar tu piel de caricias y miradas desnudas, provocame hundirme en tu cuerpo; que absorbas a gritos mi amor y yo te entregaré una tarde de recuerdos escondidos en la oscuridad, húmedos en tu mente. Necesitarás que mi pecho sea el refugio donde guardes tus secretos, que en mi piernas se levante tu intimidad, y mi confianza te cobije suavemente. Deja que mis manos espíen la ansiedad en tu vientre, que sientan tus deseos en cada paso que dan hacía tu corazón. Mis ojos iluminarán la certeza de nuestros brazos protegiendo la inocencia con que nos llenamos de calor y de suspiros. Moveremos nuestros cuerpos con tanta locura, que confundiremos nuestros pensamientos. Yo necesitaré que tu voz se pose en mi almohada, y en las noches me cuente tus sueños y tus fantasías. Acariciame, tus manos acompañarán a mi lengua mientras exalta, beso a beso, tu belleza. Tus ojos verán cómo, tocando sútilmente, un abismo me ti

Mi poesía

Me gusta escribir poesía. La siento sobre mí: sus letras en mi piel, las historias en mi vida y las imágenes en mi sangre; el arte en mis sueños. Mi poesía es música y literatura. Más tengo un único poema que me gusta aún más, uno que se escribe solo, con un cuerpo absurdo. Baña sus palabras con vainilla. Sus perfumes amarillos y su quintaesencia violeta penetran mis heridas púpilas, cuando lo siento cerca. Soy una historia, mil más... las de ella, otras más; mi poesía y yo somos cientos y millones de historias. Aventuras que escucho venir de una voz cantante y dulce, aventuras que escucho en silencio y en sincronía con su respirar. Mi poesía vive... ha vivido por mí, vive para mí, vive porque yo vivo... para ella. Porque cuando la veo, un incendio celestial desaparece todo alrededor dejándome en el humo de la inspiración y la sensualidad. En medio de nada y de oscuridad, mi poesía y yo, nos encontramos. Entonces quiero cantarle, pero ella me enreda y siento música en mi espalda, en mi

Onírico

Estaba junto al lago, bajo la inmensa sombra de los árboles. Esa noche había una atmósfera más inquietante que de costumbre; la lenta y abrumadora brisa nocturna rozaba mi piel, incesante, como si su único deseo fuese desgarrarla. Me hallé ahí, perdido, sin saber cómo salir aún cuando sentía conocer perfectamente aquel lugar. Completamente solo, creí escuchar algunos ruidos, así que rebusqué difícilmente con mi mirada entre la negra profundidad del bosquecillo y los tenues rayos de luna. No obstante, no pude descubrir nada a mi alrededor. Quise tranquilizarme y pensé en tan sólo relajarme y disfrutar del profundo sonido del viento meciendo las ramas de la arboleda, entonces, una cálida caricia estremeció mi torpe cuerpo y luego de que mi espíritu se sintiera cercenado con ese inusitado contacto, lentamente, en un lapso que para mí lindaba en lo eterno, giré mi rostro encontrando tras de mí una mujer, una criatura hermosa, tanto, que para mí fue una confirmación de la existencia de Dios