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Mostrando entradas de julio, 2009

DEJO MI CIUDAD

Dejo mi ciudad en una tarde rosa, los edificios viejos y violetas, las nubes entre amarillas y rojas, el cielo que es azul en el horizonte y oscuro sobre las montañas. Ah, calentamiento global ¡Qué bien se ve y qué mal hace! Extrañaré esta grande ciudad, sus tres cielos y su frío, la noche opaca e impenetrable con contadas estrellas, los vientos que desgarran los árboles y arrullan, con las hojas, los insectos. Extrañaré las calles limpias y los andenes altos. Cambio el amanecer tardío por un atardecer a las 7 pm con leche y estrellas en el cielo, con las olas bañando la arena y la marea dándome cafeína; cambio kilómetros de cotidiano caminar por el sudor de unos metros cuesta arriba; cambio la rutina sedentaria por cortos paseos en fiestas carnavales, comparsas, con la compañía de una mujer y el calor entre la brisa y el agua, desde el mar hasta las nieves. Dejo mi ciudad, pero no tardo. volveré pues me gusta la frialdad la congestión, la polución, la luz artificial, las chaquetas y c

Memorias para una desconocida

"[...]Conocí a una chica. Aún recuerdo su silueta, encabezada por su suave cabello delgado y delicado, cubriendo sus ojos oscuros y brillantes como si la tierra encontrará en ellos un refugio donde crecer antes de que los malvados pies acaben su luminosa vida. Como extraño su mirada alegre y confusa, su confianza tierna, su locura graciosa, su ridiculez encantadora, sus deseos no dichos que mi mente alcanzó a vislumbrar. Ese corto paseo por Rosario fue tan bonito que ahora me quemo el cerebro buscando la manera de romper las leyes físicas para poder volver a ese tiempo. Como fuimos a partir sin cruzarnos una última palabra; ¿Cómo no le dije aún más? ¿Cómo no le pedí más? Tan sólo han pasado unos pocos días, pero no consigo olvidarla. Ya hice cuánto pude para intentar reencontrarla, pero mis intentos fueron fallidos. Ahora con nostalgia, con la tristeza que me deja su ausencia, lloro en mi interior. No puedo creer que tanta inteligencia, tanta viveza, tanto poder me sirvan de nad