Quiero permanecer en tus ojos,
estar alumbrado en el mundo
de tus púpilas eclipsadas,
recorrer los caminos de tu rostro
y escalar con caricias tu nariz,
y caer en el deseo de tus labios
que son como las flores en tu cabello.
Describir con mi lápiz tus mejillas
y tu cuerpo feliz sobre las rosas.
El viento mira tu piel y tiembla,
y el sol, si te escucha hablar,
se enloquece de calor y yace en tu pecho,
que es el hogar de mi tentación.
Mi frágil vista es perturbada
por tu cintura desnuda que corta el tiempo
en cada melódico paso con que pisas mis recuerdos
como bailando con mis ilusiones.
Persiguen, a lo lejos, escondidos,
mis ojos a tus piernas (mientras
pienso en el amor viéndote caminar)
buscando descubrir tu belleza que
se apresura a volar sobre mí
y descansa en las noches en mi cama
para despertar mis sueños
e ignorar la mañana.
Las letras en tus manos
se sientan en mi mente
a cantarle a tu belleza,
y me llevan a escribir
mi poesía desde hace tiempo.
estar alumbrado en el mundo
de tus púpilas eclipsadas,
recorrer los caminos de tu rostro
y escalar con caricias tu nariz,
y caer en el deseo de tus labios
que son como las flores en tu cabello.
Describir con mi lápiz tus mejillas
y tu cuerpo feliz sobre las rosas.
El viento mira tu piel y tiembla,
y el sol, si te escucha hablar,
se enloquece de calor y yace en tu pecho,
que es el hogar de mi tentación.
Mi frágil vista es perturbada
por tu cintura desnuda que corta el tiempo
en cada melódico paso con que pisas mis recuerdos
como bailando con mis ilusiones.
Persiguen, a lo lejos, escondidos,
mis ojos a tus piernas (mientras
pienso en el amor viéndote caminar)
buscando descubrir tu belleza que
se apresura a volar sobre mí
y descansa en las noches en mi cama
para despertar mis sueños
e ignorar la mañana.
Las letras en tus manos
se sientan en mi mente
a cantarle a tu belleza,
y me llevan a escribir
mi poesía desde hace tiempo.
Comentarios
Saludos
un abracito...
Exitos y por supuesto Gracias.
Sí, decidí no dejar de escribir nunca, pero ya no voy a hacerlo con el anhelo que lo hacía antes. Ya no seré yo quien decida cuando escribir; será cuestión de un instante de motivación. Debo dar ese mismo anhelo a otras cosas más vitales... Después del cuento que escribí hace poco, creo que pasará mucho tiempo antes de otro (además porque de lo largo, realmente me cansé).
Es inevitable que siempre me conmueva la belleza, así como inevitable es que pueda cambiar de azul a verde o de escribir a hablar.
... y ahora... ¿¿tendré que cuidar mis manos??
Gracias, otra vez
Te sigo de cerca.